EL NUEVO ENCUENTRO DE ORIENTE Y OCCIDENTE

Publicado en por lakoma.over-blog.es

 En síntesis, puede afirmarse que el factor que más separa a las músicas de Oriente y Occidente es el inusitado desarrollo, en esta última, del elemento polifónico-armónico, a partir del renacimiento y sobre todo en el periodo del barroco, cuando ambos principios se conjugan en el arte de un Juan Sebastian Bach, para citar el ejemplo cimero. Esto no significa que en Asia no exista la polifonía, denominada heterofonía por los musicologos occidentales debido a su carencia -real o aparente- de leyes precisas que rijan el desenvolvimiento de las voces en el contrapunto, y que en Europa han estado cada vez más subordinadas al principio armónico después del efimero equilibrio entre polifonía armonía logrado por los ultimos compositores barrocos. Asimismo, esa evolución peculiar de la música occidental está en dependencia del surgimiento del capitalismo y su desarrollo acelerado en los siglos XVII, XVIII y XIX, que posibilitó a su vez grandes avances en la ciencia y la técnica. Esto contribuyó también a que la música europea se liberara en su mayor parte de los antiguos vínculos con la religión, la magia y el ritual, así como de otras funciones a que antiguamente estaba destinada, cosa que en Oriente ha sucedido en mucho menor grado. Pero si la música occidental ha evolucionado gracias al desarrollo progresivo de la polifonía, la armonía y una creciente riqueza orquestal, la música oriental la supera en cuanto a complejidad y refinamiento de la melódica y la rítmica, ya sea esta libre o basada en patrones fijos.

 

 Tambien comprobamos que la notación musical es más exacta y precisa en Occidente, mientras la oriental desempeña aproximadamente el papel de "recordatorio", lo que exige -y al mismo tiempo facilita- la introducción de variacíones improvisadas por parte del ejecutante. Según Adolfo Salazar, el lenguaje melódico del músico oriental no es patrimonio individual suyo, sino que es común al grupo social al que pertenece, y "al ser un modo de exteriorización de ideas tradicionales y convenidas, el músico no puede intervenir en lo esencial de ellas". Y agrega:

 

Pero mientras conserva esa base esencial, el músico tendrá un margen de libertad para encontrar un modo de realización no literal de aquella, sino que puede ser improvizado: en términos generales se trata de encontrar variantes a los patrones básicos sobre los que reposa la convención o tradición melódica.

 

Como veremos más adelante, esta es una carácteristica más o menos común a todas las músicas no occidentales, como la africana, y reaparece con gran fuerza en nuestra época, sobre todo en diversas modalidades de la música popular latinoamericana y en el jazz afronorteamericano. El propio Salazar, al referirse al raga indio y el magam ´árabe, con sus variantes representativas de distintos sentimientos o cualidades éticas, a los que corresponden diferentes formulas típicas, establece una comparación con los huapangos de la región veracruzana, en México. Es decir, que a cada paso comprobamos que esta concepción, esta manera de hacer música, es en todo caso más "universal" que la pretendidamente universal del occidente europeo. Esto sin contar con que la música de la antigua Grecia era más "asiatica", en todo sentido, que occidental, lo cual tampoco significa, como a veces se ha hecho creer, que se trata de etapas anteriores (e inferiores) por las que ha pasado la humanidad hasta llegar al clasismo europeo; se trata simplemente de formas distintas e igualmente válidas de hacer música.

 

 A partir del siglo pasado, en que se produce el reencuentro de Europa con la música oriental, la influencia de esta ha ido en aumento, desde el acercamiento inicial de Debussy y los compositores de la escuela rusa hasta los Messiaen, Jolivet y otros músicos de avanzada de las últimas décadas, al extremo que Juan Carlos Paz considera como una tendencia dominante en la música occidental contemporánea el regreso del microtonalismo, la ritmica y otros elementos caracteristicos de las música asiaticas. Y a la inversa, también la música occidental ha penetrado en los países asiáticos, patrocinada primero por los distintos colonialismos -aunque con escaso efecto- y en la actualidad por los medios masivos del mundo capitalista, con mucho mayor efecto. Incluso se han alzado voces de alarma ante la intempestiva irrupción de música pop difundida por los medios comerciales de difusión masiva. Especialistas de paises asiaticos - y lo mismo ha sucedido en Äfrica y América Latina- expresan sus temores de que las modas pop desplacen o hagan desaparecer una parte importante del acervo musical tradicional. Pero a veces los medios masivos han producido efectos contrarios a los vaticinados por los especialistas, y a pesar del eventual peligro en ese sentido, no parece verosimil que la música ancestral de culturas milenarias puede desaparecer a corto o largo plazo. Por otra parte,la propia música pop ha conocido el impacto de la música oriental, y aunque sus propositos y los resultados obtenidos musicalmente sean a menudo cuestionables, no se puede negar cierto efecto positivo al despertar un interés antes inconcebible por las músicas de Asia.

 

  (Copiado textualmente del libro "Música y Descolonización" de Leonardo Acosta).

 

 

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